jueves, 14 de mayo de 2009



El hechicero acaba su tarea,
acaricia su barba satisfecho y sus labios se curvan en lánguida sonrisa -la que debe tener todo alquimista que aprecie su trabajo-. La luna se despide como un guiño de los últimos juegos de la noche. La lechuza es un bus que aún lleva luces y susurra un final, como Louis Armstrong, de Jazz expresionista.

ENRIQUE GRACIA TRINIDAD

No hay comentarios: